Odontopediatría
La odontopediatría es la rama de la odontología encargada de tratar a los niños. El odontopediatra será, por tanto, el encargado de explorar y tratar al niño paciente. También se encarga de detectar posibles anomalías en la posición de los maxilares o dientes para remitir al ortodoncista, y de hacer un tratamiento restaurador en caso de necesitarlo. El tratamiento restaurador principalmente se compone de tratar los traumatismos, usar selladores, que consiste en obturar levemente los surcos y fisuras de las piezas dentales sin quitar material dental para evitar posibles caries, y en tratar las caries ya producidas.
La principal diferencia entre la odontología habitual y la odontopediatría en el tratamiento de caries es la presencia de los dientes temporales o de leche en los niños, de forma que las lesiones ocurridas en la dentición temporal se tratarán de una manera menos conservadora y más agresiva que las ocurridas en los dientes permanentes, para evitar que, en el peor de los casos, se pudiera dar un tratamiento insuficiente a un diente temporal que luego perjudicaría a su sucesor, el diente permanente.
Entre los materiales más usados en el tratamiento dental de los niños podemos destacar:
- Materiales temporales: son utilizados durante un tiempo limitado. Pueden ser: ionómeros vítreos, cementos de fostato de zinc, y óxidos de zinc eugenol.
- Materiales definitivos: son los que usaremos en las obturaciones definitivas.
La amalgama de plata, el mal llamado empaste oscuro, hoy en día solo se usa en condiciones inadecuadas, como puede ser un diente de difícil acceso o un paciente que presente dificultad en su comportamiento. Debido a que lleva mercurio en su composición, se prefiere usar resinas que son más biocompatibles
Las resinas compuestas y los compómeros, que son resinas compuestas con ionómeros vítreos que liberan fluor, necesitan una técnica más meticulosa, pero brindan resultados más reconfortantes tanto para el paciente como para el profesional. Son los llamados empastes blancos, que restauran la función y la estética de las piezas dentales afectadas.
Los principales problemas que se presentan en Odontopediatría podrían resumirse en:
Traumatismos
El traumatismo es la patología más frecuente en niños de 7 a 11 años, en dientes temporales ante un traumatismo se suele producir una luxación o movilidad del mismo, y en dientes permanentes a igual traumatismo suele producirse una fractura. Según los daños, en dentición permanente, si tenemos un diente fracturado y a quedado expuesto la pulpa o interior del mismo, se pueden intentar distintos tratamientos dependiendo de la gravedad de la lesión y del tiempo que ha pasado desde que ocurrió dicha lesión y se le aplica un tratamiento: puede realizarse un recubrimiento pulpar directo si la lesión es pequeña; una endodoncia, sila lesión es grande; o bien una pulpotomía si la pulpa radicular está en buenas condiciones. La elección por uno u otro tratmiento surge del exámen clínico radiográfico que efectúe el profesional.
En los casos en los que por el traumatismo se produzca una avulsión, desprendimiento total del diente fuera de la cavidad, está indicado el reimplante si han pasado menos de 120 minutos, si ha pasado más tiempo el porcentaje de fracaso es del 100%. El transporte de la pieza dental deberá ser en la propia boca del paciente, o en leche, o en suero. Está totalmente contraindicado limpiar o cepillar el diente en cualquier momento ya que se perdería la posibilidad del reimplante.
Caries
Los primeros dientes de leche pueden comenzar a picarse desde bebés, aunque no es común, suele suceder; lo cual significa una preocupación para los padres no sólo por la caries sino por imaginar cómo sería esa visita al dentista para curarles la misma.
A los bebés que sólo toman leche se les pueden picar los dientes cuando tienen la costumbre de dormir con el biberón, quedando restos de leche en la boca que generarán bacterias que originarán las caries. Luego cuando comienzan a tomar zumos, peor aún, las frutas contienen azúcares que se descompone rápidamente al quedar atrapados en la boca, no en vano en algunas ocasiones podemos sentir mal aliento en los bebés. Conforme van creciendo, se suma a la alimentación la incorporación de sólidos, que fácilmente quedarán enganchados entre y sobre los dientes; finalmente las golosinas también aportan su cuota de azúcares y harinas que contienen.
Pero no hay que echar la culpa de las caries a los alimentos o a las golosinas, la verdadera culpa es de la incorrecta limpieza de la boca. Desde bebés es necesario limpiarles las encías con una gasa humedecida, luego sus primeros dientes y finalmente su dentadura con un cepillo especial luego de cada comida.
Las primeras muelas de los niños tienen hendiduras profundas (fosas) y fisuras sobre la superficie de masticación. Estas son muy delgadas, y muchos cepillos dentales no llegan a limpiarlas bien, y es allí donde las bacterias se acumulan. Se recomienda que los padres creen el hábito de limpieza en sus hijos, también que los padres cepillen los dientes de sus hijos los 3 primeros años de vida, y luego controlen el cepillado por lo menos hasta los 6 años con el fin de garantizar una buena limpieza y prevenir la aparición de las caries.
Los dientes de leche se forman durante la gestación y generalmente comienzan a erupcionar hacia los 5 meses de edad, aunque hay bebés que pueden nacer con dientes. Hacia los 6 años comienzan a caerse para dar paso a los dientes permanentes, los cuales se completan en la juventud.
Cuando un diente de leche tiene caries, muchas madres piensan que lo más fácil es sacárselo porque como luego le van a salir los dientes permanentes, no es necesario tratarlo. Todo lo contrario, un diente de leche con caries debe ser curado lo más pronto posible, para que la caries no se agrave y la intervención del dentista sea lo más sencilla posible; porque los dientes de leche mantienen el espacio en el maxilar para los permanentes que luego saldrán.
Los dientes de leche son importantes no sólo para poder alimentarse y hablar correctamente, sino también para no perjudicar el desarrollo del maxilar, los dientes permiten masticar y el masticar es un ejercicio que beneficia el crecimiento y desarrollo de la mandíbula, preparándola para recibir a los dientes permanente que son casi el doble de tamaño que los de leche.
Los dientes permanentes demoran en aparecer, iniciándose hacia los 6 años y durando hasta los 12 años de edad aproximadamente. Imagine a su hijo sin dientes por unos 6 años.
Importante
- Se debe visitar constantemente al dentista a fin de prevenir problemas dentales.
- Tener una higiene dental adecuada luego de cada comida (evitar entrecomidas).
- Se debe cepillar bien los dientes antes de dormir, porque cuando se duerme se tiene menos saliva, por lo que, si hay restos de comida estos favorecen a la aparición de las bacterias y la consecuente formación de las caries.
- Aportar fluor a los dientes de leche mediante pasta, colutorios o gele aplicados por el dentista.
- Tratar que el consumo de azúcares sea reducido, los azúcares favorecen la aparición de las caries.